PARQUES DE INFILTRACION contra las inundaciones

El régimen de lluvias en la zona mediterránea es distinto al resto de la Península, marcado principalmente por una escasez en la pluviometría, con grandes periodos que provocan una pertinaz sequía y una progresiva desertización, sobre todo en el Sureste. Esa baja cantidad de agua caída se une a otra característica propia de estas latitudes como es la torrencialidad: llueve poco pero cuando lo hace se desarrolla de forma muy intensa. En muy poco tiempo se precipita un alto volumen de agua. El valor más extremo de la comarca se recogió en la Estación Meteorológica del Aeropuerto de San Javier, en el que el día 04 de noviembre de 1987 se recogieron 330 litros/m2/día. Esta efemérides es la mayor Gota Fría conocida en este área geográfica, entendiendo ese fenómeno como una gran cantidad de agua evaporada que se va acumulando por el excesivo calor en verano y que termina descargando en otoño.

La intensidad de las lluvias provoca otra consecuencia directa que es la escorrentía de las aguas, ya en fase superficial, debido a que el terreno no tiene suficiente permeabilidad para absorber ese gran volumen pluvial en tan poco tiempo, con lo que se produce la saturación de las tierras (con gran cantidad de arcillas que impermeabilizan el suelo), la proliferación de charcas y el desplazamiento superficial de aguas hacia cotas inferiores. Todo ello forma un sistema de cuencas con cauces naturales de recogida, denominadas ramblas, tejiendo una red de afluentes que terminan desembocando en el mar. Estos cauces, prácticamente ríos secos, surcan y modelan la topografía regional y municipal. El cauce fluvial discontinuo más importante de la Región de Murcia es la Rambla de Fuente-Álamo o de El Albujón, que recoge una extensa cuenca de la solana de Carrascoy y la rambla de La Azohía, pasa por Fuente-Álamo, El Estrecho, El Albujón, Chacón, casa de Bernal, El Albardinal, La Puebla y desemboca junto a la marina de El Carmolí (Bocarrambla). Este cauce sirvió de límite natural entre los concejos medievales de Murcia y Cartagena y en 1836 fue tomado como deslinde entre los términos municipales de Torre Pacheco (segregado de Murcia) y Cartagena.

El término municipal, además del cauce anterior que marca su límite sur, tiene otros importantes cursos fluviales discontinuos. Por ejemplo, la rambla que cruza de norte a sur el núcleo de Balsicas para aportar sus aguas a la rambla de La Maraña, o las dos ramblas que atraviesan de oeste a este el propio núcleo de Torre Pacheco, o los cursos cercanos a Roldán, El Jimenado, Dolores, San Cayetano, etc. Muchos de ellos han marcado tristes episodios como la reciente muerte de una joven atrapada cuando circulaba por una carretera (RM-F29) que no tenía puente sobre un torrente (y sigue sin tenerlo), o las innumerables ocasiones en las que se han quedado aislados los núcleos urbanos y rurales. Un hecho histórico se produjo en octubre de 1954 cuando la fuerza de la corriente rompió la vía férrea a la altura de la "Aviotonda" (Rotonda de la A.G.A.), produciéndose ese mismo día el accidente del autobús de la línea Costa Azul, arrastrado en la actual rotonda de las Comunidades Autónomas (T. Pacheco).

La competencia en materia de aguas, según el título VIII de la Constitución Española, pertenece al Estado, concretamente a los organismos de cuenca. En el caso de Torre Pacheco la administración actuante es la Confederación Hidrográfica del Segura la que, en virtud de la vigente Ley de Aguas y del Reglamento del Dominio Público Hidráulico, deslinda y amojona los límites de los cauces, estableciendo una servidumbre de 5 metros a cada lado de los bordes de rambla. Ello se traduce en que los cauces son propiedad del Estado, correspondiente a este su delimitación y gestión, estableciendo las condiciones para los vallados y edificaciones en las parcelas colindantes. La aplicación de la legislación hidráulica no es suficiente para paliar los desastrosos efectos de las inundaciones, prácticamente inevitables dada la elevada intensidad de las precipitaciones.

Las soluciones urbanísticas para luchar contra las inundaciones se han demostrado, a día de hoy, completamente insuficientes incluso contraproducentes, como la progresiva impermeabilización del suelo debida al desarrollo urbanístico, en la que pavimentos de calzada y aceras anulan la natural permeabilidad de ese terreno antes de urbanizar. La edificación también va sustituyendo suelos vírgenes, que tenían posibilidad de filtración, por inmuebles cuyas azoteas recogen el agua trasladándola a las calles que, a su vez, la llevan a otros viales de menor cota orográfica. Las grandes zonas urbanizadas impiden la filtración del agua de lluvia y la transportan aguas abajo, con lo que el problema de inundaciones ha aumentado, ya que el caudal de agua que van a soportar los terrenos más bajos es mayor. El agua se está trasladando de un sitio a otro. Actualmente no está permitido que ese agua sea recogida por la red de alcantarillado, ya que ese agua "limpia" no es necesaria su depuración. Si esas aguas fueran llevadas a la depuradora realizarían estas un sobreesfuerzo innecesario, además del costo energético y del desbordamiento que se produce en caso de una fuerte entrada de caudal de agua. La solución de los grandes colectores de aguas pluviales, que recojan esas aguas y las lleven directamente a puntos de vertido (ramblas, mar, etc.) es inviable en el área geográfica en la que nos encontramos, ya que la altísima intensidad pluviométrica requeriría conducciones de enormes diámetros para dar cabida a ese caudal instantáneo.

La solución de permitir la infiltración de aguas pluviales al terreno es acorde a los nuevos conceptos de desarrollo sostenible y aprovechamiento racional de los recursos naturales (establecidos como prioritarios a través de la legislación urbanística, tanto a nivel estatal como autonómico), siendo totalmente respetuoso con el medio ambiente, a la vez que regenera el nivel freático gracias al aporte de agua a los super-explotados acuíferos. Todo esto choca con lo realizado anteriormente en los trabajos de ordenación del territorio, edificación y obra civil durante muchos años, en el que las lluvias eran erradicadas de su lugar de origen, derivándolas hacia otros lugares e incrementando los problemas aguas abajo. Las actuales demandas medioambientales abogan por los pavimentos filtrantes, tal y como se está experimentando en la Región de Murcia (nuevas calles, carreteras y jardines) o, de forma más avanzada y ejemplificante, podemos recoger del estudio de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona dentro de la Gestión Integral sostenible de los recursos hídricos naturales y regenerados en los municipios de Viladecans, Gavá y Castelldefels, con condiciones climatológicas y geomorfológicas similares a nuestra zona, donde podemos resumir los principales conceptos:

-Se trata de una estrategia de gestión que hace posible la autosatisfacción de la demanda de agua interna en condiciones de sostenibilidad, favoreciendo al propio tiempo la restauración medioambiental, ya que se considera el nivel freático como una gran depósito natural de agua, que se llena con la infiltración y se extrae de él para riego de zonas verdes y otros usos de limpieza viaria.

-Hasta ahora, las aguas subterráneas presentan un grado significativo de salinidad en tanto que los niveles piezométricos han descendido de forma considerable generando una cuña significativa de intrusión marina, todo ello debido a una sobreexplotación que se agrava con el menor aporte por infiltración debido a la impermeabilización de los terrenos.

-Las aguas recuperadas hacia el nivel freático pueden ser reutilizadas, eliminando complejidad al ciclo hidrológico y contribuyendo a la disminución de la contaminación de los recursos hídricos locales, mezclando a su vez aguas de distintas calidades y reduciendo nivel de salinidad.

-Se asume como criterio de gestión de la calidad de las aguas subterráneas que puede extraerse un volumen de agua (abastecimiento o riego) igual a la recarga, a partir de un cierto tiempo de inyecciones sin extracciones equivalente, teniendo en cuenta que las aguas de buena calidad deben producir un efecto de mezcla y lavado favorecido por la extracción.

-Las aguas subterráneas del acuífero profundo tienen una alta salinidad ya que proceden de aguas marinas atrapadas que dejaron de evacuarse debido a la sobreexplotación. La recarga del nivel freático con la infiltración, con aguas de buena calidad y libres de sales, formarían una cortina hidráulica de agua dulce, incrementando las posibilidades de utilización de las aguas subterráneas y mejorando progresivamente la calidad de las aguas subálveas (reduciendo salinidad).

A tales efectos deberían crearse parques de infiltración, utilizarse pavimentos semipermeables en la mayor superficie posible, crearse condiciones para favorecer la infiltración en cauces naturales y formar estanques de fondo permeable. El ejemplo del Gran Parque Central de Valencia, está suponiendo no solo la recuperación de una gran zona para la ciudad del Turia, anteriormente dedicada a infraestructuras ferroviarias, sino una experiencia en la recogida de aguas pluviales, la recarga al nivel freático y estanques piezométricos y su reutilización en el riego de las zonas verdes, haciendo autosuficiente esta nueva zona del centro de Valencia. Es procedente recordar la Ley 6/2006, de 21 de julio, sobre incremento de las medidas de ahorro y conservación en el consumo de agua en la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (BORM 09/08/06), en su apartado de jardines y para el diseño de las nuevas zonas verdes dice textualmente que:

“c) El suelo deberá protegerse para evitar las pérdidas por evaporación, pero permitirá la adecuada permeación del agua de lluvia y riego mediante estrategias y uso de materiales porosos guardando el sentido estético”

Todo ello lleva a proponer, desde el Partido Independiente de Torre Pacheco, la adopción de estos nuevos sistemas para paliar, en la medida de lo posible, los efectos de las inundaciones y, a la misma vez, extraer esas aguas para riego y limpieza. Los parques de infiltración deben ubicarse lejos de las edificaciones, en espacios libres o zonas verdes, siendo los mismos cauces de aguas pluviales excelentes lugares para permitir la infiltración, eliminando las primeras capas arcillosas y sustituyéndolas por materiales porosos (arenas, gravillas, etc) que, a su vez, permitan el libre uso del lecho de la rambla a la población (actividades deportivas, lúdicas, etc.). La progresiva pavimentación que se ha estado realizando a las ramblas deberían ser reconsideradas, destinando los recursos a la actuación en zonas aún sin tratar, como la de la fotografía que recoge la rambla tras el cementerio de Torre Pacheco. Un actuación sobre este espacio, sustituyendo el actual suelo arcilloso por otro filtrante hasta la capa freática permeable, disminuiría considerablemente el caudal de agua circulante por el Campo de Golf, actual recinto de Peñas y rotonda de la Comunidades. La misma disposición podría realizarse en otras zonas de Torre Pacheco y pedanías.