El proyecto
del nuevo Plan Hidrológico del Tajo,
actualmente en fase de alegaciones hasta el 20 de septiembre, contempla la
práctica eliminación del trasvase de
agua a la cuenca del río Segura, amparándose en unos parámetros (mas
políticos que técnicos) que dejarían inutilizada la amplia infraestructura
creada en el sureste español, y más concretamente, en el término municipal de
Torre Pacheco y la seca comarca del Campo de Cartagena transformada a la
agricultura de regadío.
En el año 1.933,
el ministro de Obras Públicas D. Indalecio
Prieto presentó, en un histórico discurso, la posibilidad de construcción
de un canal que enlazase los embalses de Bolarque, Alarcón y Talave, una
solución redactada por el Ingeniero de Caminos D. Manuel Lorenzo Pardo. El 13 de septiembre de 1.968 el Consejo de
Ministros autoriza la realización de las obras del acueducto Tajo-Segura y
ordena la creación de una comisión de coordinación Agricultura-Obras públicas.
Estas obras duraron 13 años, aunque el agua
comenzó a llegar al Sureste en 1979.
El Trasvase
es gestionado por el Gobierno de España, a través de la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo
Segura, y de acuerdo con la regla de explotación que se formula en el art 23
del Plan Hidrológico del Tajo (PHT) aprobado por Orden Ministerial de 13 de
agosto de 1999. En el apartado 2 del art. 23 se determina que primero se deben “atender permanentemente
las demandas del Tajo, sin limitación alguna y determinar en cualquier momento
el agua excedentaria disponible restando 240 hm3 a las existencias en
Entrepeñas y Buendía en ese momento”. Además, en su punto 3 se acompaña una
tabla en la que se indican los valores mínimos a partir de los cuales la Comisión Central
de Explotación del Acueducto Tajo Segura (ATS) eleva la propuesta al Consejo de Ministros, que es
quien puede autorizar los trasvases por debajo de 456hm3 (octubre) y max. de 564 hm3 (junio).
De acuerdo
con la Ley
21/1971, la cantidad de agua que se puede trasvasar desde el Tajo al Segura es
de hasta un máximo de 600 hm3 cada año, con prioridad garantizada para el abastecimiento a la población, fundamentalmente
realizado a través de la
Mancomunidad de los Canales del Taibilla, y hasta 400
hm3/año se pueden destinar a regadío. Pero la realidad pone de manifiesto que en toda la vida del Acueducto Tajo-Segura
la media de los trasvases realizados ha sido de 350 hm3/año, aunque
durante la mitad de los años de vida del
Acueducto no se ha llegado a trasvasar esa cantidad media.
Los trasvases
han servido para garantizar el suministro de agua al sur de Alicante, cuyo
déficit hídrico estructural es incontestable, y acompañar con garantías el desarrollo económico, social y
medioambiental de Alicante y Murcia, en estos treinta y cinco años de
democracia, y con una importante
contribución a la actividad económica, al empleo y al conjunto de las
exportaciones agroalimentarias de España. Tanto para el abastecimiento
urbano de más de dos millones de habitantes del sureste español, como para su
agricultura, el Trasvase Tajo-Segura es
imprescindible. De él depende en buena medida el sur de la Comunidad Valenciana ,
Murcia, Almería y la riqueza que genera beneficia a todo el Estado.
Con la llegada de las aguas del Trasvase
Tajo-Segura en 1979, se creó en España la agricultura industrial y el cambio de
mentalidad en el uso del agua y de la producción agrícola como parte del
proceso de producción, comercialización y venta. De hecho, la actividad agraria y la industria
agroalimentaria más avanzada y puntera de España se ubica en el territorio
destino del Trasvase. Una gran parte de las exportaciones agroalimentarias
españolas provienen de territorios regados por aguas del Trasvase. En la Comunidad Valenciana
las exportaciones agroalimentarias representan
más del 20% del total y el sector agroalimentario es el primer sector
exportador; pero buena parte de las producciones e industrias asociadas se
localizan en el sur de Alicante, con total dependencia del Trasvase.
Según el
informe elaborado por el Sindicato Central de Regantes del ATS, para 2005-2006,
de producirse una situación similar a la del año hidrológico anterior, en la
que se trasvasaron para regadío 213 hm3 en vez de trasvasar 400 hm3 que
permitía la Ley
del Trasvase, se reduciría un 50% tanto de la producción, como la renta agraria
y empleo. En cifras supondría la pérdida de 1,5 millones de toneladas, 650
millones de euros y 43.000 empleos.
De las
147.000 Has, unas 60.000 disponen solo de aguas del trasvase para riego. A su
vez, del total de superficie regable el 60% se destina a cultivos arbóreos de
distinto tipo, sobre todo cítricos. La ausencia de riegos durante mucho tiempo
produce la muerte o grave deterioro de los cultivos leñosos. La falta de agua para poder regar buena
parte de la superficie del área del Trasvase, durante la pasada sequía, puso en
serio peligro el mantenimiento de las relaciones comerciales con las grandes
cadenas de distribución y venta europeas. Si no se podía garantizar el
suministro de los productos agrícolas estas cambiarían de proveedores.
En relación
con las demandas de la población del entorno de los embalses de Entrepeñas y
Buendía, aunque existe un programa de inversiones en los municipios ribereños
de Entrepeñas y Buendía, y nuevas peticiones, muchas están pendientes de ejecutar.
No menos impacto que en otras zonas del Estado Español habrá tenido el
estallido de la burbuja inmobiliaria. Además, pretender competir con la costa,
estando a dos horas de Madrid, cuando la autovía y el AVE suponen tiempos poco
mayores de desplazamiento, pueden haber contribuido a incrementar la pérdida de
proyección de las urbanizaciones de esta zona.
Los
desarrollos urbanísticos en el entorno de los embalses de Entrepeñas y Buendía,
a los que se califica como “el Mar de Castilla”, han sufrido paralizaciones
como consecuencia de los bajos niveles de los embalses, pero también como
consecuencia de los escasos caudales de sus ríos en la sequía de 2005 a 2008. Las promesas de
inversiones en la zona de los embalses de Entrepeñas y Buendía, para mejorar la
disponibilidad de láminas de agua y otras, como apoyo al desarrollo turístico,
apenas se han visto cumplidas, salvo pequeñas actuaciones. En el PHT de 1999 se incluyó la reserva actual de los 240 hm3,
considerando que eran excedentes los volúmenes superiores, como una manera de
contentar a Castilla-La Mancha. Esta reserva se creó sin que ningún responsable
de las comunidades autónomas, murciana o valenciana, levantaran la voz, excepto
los representantes del Sindicato Central de Regantes.
La Ley del Plan
Hidrológico Nacional (PHN), aprobado el 5 de julio de 2001, recordaba que
conforme a lo dispuesto en el art 23 del PHT se consideraban aguas
excedentarias todas aquellas embalsadas en Entrepeñas y Buendía que superen los
240 hm3, aunque advertía que “podrá revisarse en el futuro conforme a las
variaciones efectivas que experimenten las demandas del Tajo, de forma que se
garantice en todo caso su carácter preferente, y se asegure que las
transferencias de cabecera nunca puedan suponer un límite o impedimento para el
desarrollo natural de dicha cuenca”. La consecuencia directa de esta reserva
creada en el PHN de 2001 de 240 hm3 es que, al elevar el umbral a partir del
cual se pueden trasvasar las aguas, hace mucho más difícil que pueda llegarse
al umbral trasvasable de 600 hm3. La reserva de
400 hm3 prevista en el nuevo PHT no es el resultado de cálculos técnicos
realizados por los diferentes organismos técnicos, CEDEX, o el propio ministerio
del que depende la Cuenca del Tajo, y que desde el Estado realizan cálculos
hidráulicos, sino de una decisión política. En la sequía extrema de 2005 a 2008, los volúmenes
embalsados en la cabecera del Tajo estaban en muchas ocasiones por debajo de
los 240 hm3 y la Ley
del PHN y las Reglas de Explotación del Trasvase Tajo-Segura impedían trasvasar,
ni aun mediante acuerdo de Consejo de Ministros. Elevar la reserva en 160 hm3
supondría no trasvasar ni una gota de agua en varios años.
En el PHT no
está claro a qué demandas deben atender esos 240 hm3 que se reservan en la
actualidad. Si el objetivo era garantizar el suministro a los usuarios del Tajo
en épocas de sequía, la realidad es que a pesar de la extrema sequía pasada
entre los años 2005 a
2008, ambos incluidos, no se ha recurrido a esta reserva creada en la cabecera
del Tajo. A pesar de que a veces fueron escasos los volúmenes, en todos los
años se trasvasó agua, y pudieron mantenerse los cultivos leñosos y parte de la
superficie de los herbáceos.
En el
documento del nuevo PHT se prevé una
nueva y adicional reserva de agua para el abastecimiento de Madrid y C-LM de 80
hm3. “Las nuevas demandas para
abastecimiento de las Comunidades de Madrid (60 hm³/año) y Castilla-La
Mancha (20 hm³/año) se atenderán desde los embalses de Entrepeñas y Buendía.
Para asegurar los abastecimientos en periodos de sequía”. En la práctica supone una reserva total de 480 hm3, justo el doble de
la actual.
No obstante,
la demanda de agua en la Comunidad de Madrid ha descendido notablemente un 14 %
en los últimos siete años. Según los datos publicados por el Canal de Isabel II,
que en la Comunidad de Madrid abastece a 6,5 millones de
personas, y presentado a su Junta General de Accionistas, entre los que
se encuentran 111 ayuntamientos: “el agua derivada
para consumo en 2012 fue de 525 hectómetros cúbicos, lo que supone una disminución
del 2,94% en relación con el año anterior. Hay que destacar que en los últimos
siete años, el consumo se ha reducido en un 14%, a pesar de que la población ha
crecido un 9,6%”. Esto supone un
descenso en la demanda de 85 hm3, y que por tanto en la situación actual el
agua está sobradamente garantizada. No parece necesario reiterar que las
prioridades son para las necesidades de los usuarios de la cuenca del Tajo, que
ya establecen las normas en vigor y que contemple el nuevo plan.
Pero además, en los dos últimos años la población de la Comunidad
de Madrid ha comenzado a descender, con lo cual la bajada en la demanda de agua
será mucho más acusada en estos últimos años. De hecho, la ciudad de Madrid,
que representa la mitad de la población, aunque entre los años 2005 a 2010 haya crecido un
9,5 %, en los últimos dos años a
disminuido su población en 39.522 habitantes (datos INE). No obstante, si
se trata solo de hacer previsiones y no de “reducir el agua excedentaria trasvasable”,
es fácil llegar a un consenso, nada puede objetarse a que se reflejen las
previsiones que se consideren oportunas, siempre para municipios dentro de la
cuenca del Tajo.
Desde las presas de Cabecera hasta Aranjuez
(100km aguas abajo), el Tajo apenas recibe aportaciones naturales ni aguas
residuales, por eso se puso el caudal mínimo que se cumple con aguas de muy
buena calidad. Inmediatamente aguas abajo de Aranjuez, se une al Tajo el Jarama
con una cuenca aportante de cierta importancia y con la mayoría de las aguas
residuales de la zona de Madrid, que no bajan de 10m3/seg y con una depuración
insuficiente; por eso la calidad desciende apreciablemente. Por eso en Toledo
no es aconsejable el baño y se forman las espumas clásicas en sus azudes, aunque
puedan cumplirse, sin dificultades especiales, el caudal normativo mínimo. A
pocos kms aguas abajo de Toledo se une el Río Guadarrama, que también trae
aguas residuales con depuración insuficiente y con un caudal normal de 2m3/seg,
salvo en grandes épocas de lluvia.
En las
vegas de todos estos ríos hay zonas regables públicas y muchas tomas privadas
para riego de aquellas, que absorben en verano todas las aguas y casi secan el
Tajo a su paso por Talavera, a unos 60km aguas abajo, y que en la actualidad no cuenta
con una estación de aforo por lo que los datos son aproximados. A pocos kms
antes de llegar el Tajo a Talavera recibe al Río Alberche, que es un río
importante pues viene de la
Sierra de Gredos y está bastante regulado. Por la otra margen
los ríos son de menor entidad. Pero desde la última sequía es un río muy
destinado al abastecimiento de Madrid. Se le ha puesto un caudal ecológico al
Alberche, en su confluencia con el Tajo, no obligatorio y muy pequeño
comparativamente.
Por todo esto es previsible que haya que
destinar a este último requisito en los veranos secos volúmenes adicionales de
agua. Estos volúmenes podrían proceder, total o parcialmente, de los siguientes
orígenes:
-1º. Modernización de los regadíos
tradicionales de las vegas de Aranjuez y del Jarama (algunos proceden de
colonias reales)
-2º. Regulación de aguas residuales bien
depuradas.
-3º. Desembalses adicionales del Tajo, Jarama,
Lozoya o Guadarrama.
Los caudales ecológicos fijados para el Tajo en la
actualidad son de 10 m3/seg a su paso por Toledo y 6 m3/seg por Aranjuez. Estas referencias
pasan a convertirse en 10 m3/seg en Talavera en la propuesta de Plan
Hidrológico expuesta al público.
Dado que entre las ciudades de Toledo y Talavera apenas existen
aportaciones, pero si numerosas extracciones, en la práctica supone un importante
incremento de caudal que se tiene previsto cubrir con mayor desembalse de
cabecera, reduciendo drásticamente el volumen de “aguas excedentarias” y por
tanto la posibilidad de trasvasar .
Existe un
malestar extendido en poblaciones como Aranjuez, Toledo o Talavera por los
escasos caudales que han circulado por el río, algunos veranos y más todavía
por la mala calidad del agua circulante. La
cuenca del Tajo tiene una capacidad de embalse de 11.000hm3, frente a unas
demandas que no llegan a los 2800 hm3, y unas aportaciones que superan la
capacidad de embalse. Frente a estas cifras los 400 hm3 trasvasables en la
práctica, parecen cifras modestas.
De acuerdo
con la Directiva Marco
de Políticas de Aguas de la Comunidad Europea , del año 2.000 el primer uso consuntivo
del agua es el del propio río, para el mantenimiento de su calidad de agua y de
los ecosistemas asociados.
Según el PHT,
en su documento de síntesis: “La concentración de población y actividades
económicas en la Comunidad
de Madrid (6,5 millones de habitantes) y áreas limítrofes de Toledo y
Guadalajara origina un gran volumen de aguas residuales que, aun cumpliendo la
normativa de vertidos, da lugar a notables problemas de calidad de las aguas en ríos y embalses que se
propagan hasta el tramo bajo de la cuenca”.
En la
comunidad autónoma madrileña, el Canal de Isabel II gestiona el ciclo integral
del agua de la mayor parte de sus habitantes. Para consumo de la población de
los 111 municipios que se encuentran en su área, se han utilizado 525 hm3 en
2012, y a través de sus 154 EDAR se trataron, en 2011, un volumen de 537, 6
hm3, lo que supone un caudal medio de 17 m3 por segundo de aguas depuradas.
Esas aguas
tratadas, se vierten en su mayor parte a cauces públicos, como los ríos
Manzanares o Arroyo Culebro y otros de mayor entidad, como el Jarama y Alberche
en el tramo entre Aranjuez y Talavera, sin utilizarse directamente para riegos
o campos de golf, salvo pequeños volúmenes poco significativos. Estas aguas, a
pesar del enorme volumen que representan ni están reguladas ni son de calidad,
por lo que su contribución al caudal circulante no puede percibirse como
positiva, y menos aun en verano, salvo que esa situación cambie. De construirse
sistemas de acumulación y regulación de estas aguas, que pudieran guardarse en
embalses durante el invierno y devolverse al río los caudales veraniegos podrían
ser muy superiores a los 10 m3/seg previstos en Toledo y los 8 de Talavera.
Salvo
excepciones, las depuradoras de Madrid
no poseen tratamiento terciario. La mejora del efluente depurado permitiría
eliminar nutrientes, mejorar filtrado o eliminar microorganismos, produciendo
aguas de excelente calidad. Estas actuaciones, al margen de las decisiones del
trasvase debieran ejecutarse, permitiendo así cumplir con mayor garantía los
objetivos de la
Directiva Marco del Agua, y recuperar el nivel de calidad del
agua de los ríos y ecosistemas asociados. El
río Segura es un claro ejemplo de que la inversión en depuración de aguas
negras de las ciudades produce una mejora espectacular, tanto en el estado
de las masas de agua y los ecosistemas fluviales asociados, como en los
entornos urbanos.
Una primera
opción para incrementar la
disponibilidad de agua trasvasable es la cesión de derechos entre regantes.
El Decreto Ley de 16 de diciembre de 2005 permitía la adquisición temporal de
derechos de aguas de Comunidades de Regantes de otras cuencas, y cuyos
volúmenes pudieran trasportarse por el acueducto del ATS. Esta posibilidad fue
utilizada por los regantes en cuatro ocasiones, hasta el año 2009, con
volúmenes cercanos a los 30 hm3 anuales procedentes de la comunidad de Regantes
de Estremera. También la MCT
utilizó este decreto para adquirir agua durante varios años, del Canal de la Aves , con destino a los
abastecimientos.
Pero esta
posibilidad es siempre compleja y solo puede afectar a volúmenes escasos,
porque supone que la comunidad cedente deja de regar, total o parcialmente, sus
tierras. Entre los años 2005 a 2010 se han
construido plantas desalinizadoras capaces de aportar importantes volúmenes de
agua en la costa, Estas aportaciones han contribuido a garantizar el suministro
de agua potable y poner más agua a disposición de los regantes, pero no puede
entenderse como sustitutivo de las aguas del TTS sino como contribución a
disminuir el abultado déficit hídrico del sureste. Además de que estas
aportaciones nuevas no cubren el déficit de la cuenca, los gastos añadidos de
elevación desde la costa hacia el interior de las provincias hacen inviable su
uso para la agricultura.
El Partido
Independiente de Torre Pacheco se ha adherido a una amplia plataforma ciudadana
-formada por partidos políticos, sindicatos, regantes, asociaciones de
consumidores, cooperativas agrarias, etc.- para formular una serie de
alegaciones al proyecto de nuevo Plan Hidrológico del Tajo, y que se sintetizan
en:
1. Que
se mantenga o incremente la riqueza
creada con la llegada de las aguas del TTS, manteniendo el Trasvase Tajo-Segura con las
posibilidades actuales de trasvase, y no
elevando la reserva existente y contemplada tanto en el PHN de 2001 como en el
PHT vigente, de 240 hm3.
2. Que
de incluirse los 80 hm3 de reserva para
las Comunidades Autónomas de Madrid y Castilla la Mancha , quede claro que se
trata de previsiones y no de reducir los excedentes trasvasables, manteniendo
las prioridades del uso de agua del río Tajo para las necesidades de su cuenca.
3. Que
se prioricen las inversiones en
depuración de aguas residuales de las grandes poblaciones que vierten, directa
o a través de otros cauces, al río Tajo, y cuyos caudales tienen un impacto
directo en la calidad del agua y los ecosistemas asociados, pero también en la
calidad ambiental de los entornos urbanos del río.
4. Que
de manera prioritaria y dado el interés nacional de las mismas, se construyan
sistemas de acumulación y regulación de las aguas tratadas, tanto de Madrid
como de los núcleos urbanos con mayor impacto negativo en la calidad fluvial,
más de manera que se generen caudales circulantes mayores en las épocas de
estiaje, con la consiguiente mejora de los cauces y de la calidad ambiental.
5. Que
se mantengan las condiciones actuales
de 240 hm3 de reserva en la cabecera del
Tajo y caudal ecológico en Toledo vigente, hasta que se realicen las
actuaciones de mejora en la calidad de
las aguas residuales y sistemas de regulación, y pueda entonces calcularse
sin producir daños irreparables a ninguno de los usuarios actuales de las aguas
del río.
6. Creación
de una Comisión No Permanente de
representantes y técnicos del Estado y de los gobiernos autonómicos
concernidos, así cómo de los municipios afectados, regantes y grupos de defensa
del medioambiente, que siga la planificación y desarrollo de las
actuaciones, y posteriormente pueda proponer las modificaciones de caudales
ecológicos y otros factores que puedan devenir.
7. Elaborar
un proyecto de actuaciones y dotarlo de
presupuesto y una temporalización adecuada. Las inversiones que permitan
mantener la riqueza creada España deben ser priorizadas, porque está
garantizado su rendimiento y el beneficio para el interés general. Además
existen numerosas actuaciones que se proponen que, en todo caso, habrán de
ejecutarse.
No puede
resolverse el problema de un tramo del río Tajo, que está causado por la mala
calidad de las aguas que llegan mal depuradas y que además pueden regularse,
produciendo un grave perjuicio económico en el área regada por el TTS, y
afectando a millones de habitantes que tienen como recurso principal para
beber, el agua del Trasvase. Hay agua para resolver ambos problemas, solo es
necesaria la voluntad de acometer las obras necesarias, y que forzosamente
resultarán muy rentables, desde el punto de vista ambiental, económico, y
también social.
Todas
aquellas entidades o personas a título individual que deseen hacer llegar estas
alegaciones al Ministerio de Agricultura, pueden solicitarlo a través del correo
electrónico para enviarles el formulario correspondiente y hoja de firmas,
finalizando el plazo el próximo 20 de septiembre de 2013.